“El “personaje” es toda la Literatura, y esta Literatura es probablemente la única Belarte”, afirma Macedonio Fernández en una carta de 1940 a Germán Arciniegas, cuya sintaxis complejiza la revisión de algunos elementos de la Doctrina de la Novela de 1929 que por mediación de uno de sus primos del Mazo llegó a manos del escritor colombiano. Una entonación profética lo asiste cuando expone lo que orienta la ejecución de Museo de la Novela de la Eterna (MNE): “Belarte va a comenzar en este siglo cuando alguien construya habilísimamente el personaje despersonador, desviviente”, aislado de la literatura “bostezable” que las instituciones establecen como clásica.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)