Ciertas nuevas alianzas parecen promover la reconfiguración de la cartografía de los saberes en una dirección que tiende a privilegiar, aunque no se definan claramente sus consecuencias epistemológicas, el ámbito de las humanidades y de las letras. Insinúan de paso, sin caer en el ilusionismo de una nueva cultura global, el conjuro de la aporía que en el campo de la cultura mantiene para Habermas aún inconcluso, el proyecto moderno —al menos en lo que respecta a la tajante separación de la lógica de las esferas.