Como lo anticipa Beatriz Sarlo al comienzo del libro, “los primeros capítulos exploran lo que Borges hizo de un hecho ineluctable: haber nacido y escribir en la Argentina”. Así enunciado, el tema propuesto parece tan amplio como indefinido, pero recupera todo su sentido cuando se lo coloca en el contexto de su formulación. Ese contexto es una serie de conferencias dictadas por una crítica argentina en una universidad inglesa sobre un autor que hasta no hace mucho tiempo pudo ser considerado corno una especie de escritor inglés extraviado en Sudamérica, cuya literatura pudo fundarse, sin embargo, en la apropiación de un poeta menor de los suburbios de Buenos Aires, y al que la fama universal parece haberlo privado nuevamente de nacionalidad. Para la mirada europea, señala Sarlo, la imagen de Borges es más potente que la de la literatura argentina. Esta mirada excéntrica es la que utiliza Sarlo para reabrir una cuestión que parecía cerrada: la cuestión de lo nacional y lo cosmopolita en la obra borgiana.