Difícilmente pueda evaluarse todavía la influencia que la obra de Roland Barthes ha ejercido en la crítica literaria argentina. No sólo a causa de la amplitud, diversidad y complejidad de sus formulaciones teóricas, ni únicamente como consecuencia de la engañosa seducción de su estilo, sino sobre todo a raíz del carácter irreflexivo de su recepción y hasta instintivo de su uso entre nosotros. De allí que los estudios referidos a la obra de Barthes adquieran, además de su importancia bibliográfica, un valor suplementario, un principio de reflexión de la crítica sobre ella misma, su quehacer y sus fundamentos. Es el caso, entendemos, del libro de José Luis De Diego, Roland Barthes. Una Babel feliz (Buenos Aires, Ed. Almagesto, 1993). Es el caso del último libro de Alberto Giordano, Roland Barthes. Literatura y poder.