Uno de los aspectos fundamentales del proceso de normalización de la presencia de Max Aub en España, iniciada con la realización del I Congreso Internacional “Max Aub y el laberinto español” en 1993, es la renovada edición de sus textos. En esta empresa que, entregando al público lector materiales muchas veces de difícil consecución o inéditos hasta entonces, se suma a otras diversas manifestaciones de la recuperación de la figura y obra de Aub desde diferentes sectores de la institución literaria –celebración de cursos de verano en diferentes universidades y de exposiciones en torno a su vida y obra, publicación de números monográficos, etc.–, el punto más destacable es la edición de sus Obras Completas, dirigida por Joan Oleza, la que reúne en su preparación a los más destacados especialistas en la literatura aubiana. La publicación del octavo volumen de las Obras Completas de Max Aub, dedicado a su Teatro mayor, viene, precisamente, a completar una de las facetas imprescindibles de la escritura del autor de El laberinto mágico, quien en más de una oportunidad declaró considerarse a sí mismo un hombre de teatro antes que un novelista –y aquí cabe leer no sólo preferencia sino además prioridad de tiempo, atendiendo a las características de sus tempranas incursiones literarias–, condición de la que también da sobrado testimonio su obra narrativa, en la que muestra su clara predilección por el diálogo, la preeminencia de la voz de los personajes por sobre la de los narradores, la construcción de las novelas por la sucesión de escenas, etc.