No cabe duda de que ha habido en los últimos años un resurgimiento de la práctica autobiográfica acompañada, como era de esperar, de una no menos profusa serie de estudios teóricos y críticos sobre el tema. Esta irrupción de la subjetividad autobiográfica, que puede remontarse a la segunda mitad del siglo XX, se nutre del lugar privilegiado que este tipo de “literatura del yo” tiene entre los intereses de los lectores de nuestro tiempo.