El estudio de María Alejandra Minelli cuyo origen se remonta a su tesis doctoral presentada en 1999 en la Universidad Simón Bolívar, articula algunas de las esquirlas todavía dispersas del mapa cultural de nuestros años ochenta. Al comienzo, se detiene en el proceso de transformación de las identidades políticas, nacionales y sexuales que empieza a hacerse visible alrededor de 1983, impulsado por el fin de la dictadura y el impacto de la Guerra de Malvinas; luego, en una serie de estéticas disidentes que emergen durante ese proceso de transformación y que con su aura marginal le permiten construir una perspectiva excéntrica desde la cual establecer los rasgos de la época. Los ciclos desarrollados en el Centro Cultural Ricardo Rojas; el teatro de Emeterio Cerro, Batato Barea, Alejandro Urdapilleta y Humberto Tortonese; el rock de los Redonditos de Ricota, Soda Stereo y Sumo; las revistas como El porteño, Cerdos y peces y Fin de siglo; y las obras que Manuel Puig, Osvaldo Lamborghini, Copi, César Aira y Néstor Perlongher publican en estos años, integran esa formación que en palabras de la autora “fisura[n] el patrón hegemónico de la cultura argentina y los modos de enunciación y representación de la contracultura militante de los '60 y '70”.(pp. 11-12)
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)