Dentro del repertorio material recuperado en contextos arqueológicos en nuestro país, han aparecido fragmentos o piezas enteras identificadas como candelabros, candeleros y porta-velas cuya presencia ha contribuido a la definición del carácter histórico de tales contextos. Al igual que muchos otros objetos utilizados en Europa durante los siglos XIV y XV, éstos llegaron a América como parte del bagaje transportado por los conquistadores y su uso se incorporó a las prácticas habituales de iluminación artificial del Nuevo Mundo colonial. A diferencia de lo ocurrido con otras piezas entonces llegadas cuya función era análoga a la cumplida por elementos de las tradiciones locales –ollas, vasos, cuencos, etc.- los candeleros inauguran el registro conocido de objetos cuya función singular es la de brindar iluminación artificial.