A pesar de su insistencia en las agendas académicas de las últimas décadas, las élites culturales no contaban hasta el momento con una historia general de su actuación y desarrollo en América Latina. El proyecto de esta Historia, dirigido por Carlos Altamirano, no solamente se propone cubrir ese vacío sino que (a partir de la captación del estatuto transversal de ese objeto) se alimenta de la confluencia de intereses de distintas disciplinas para ofrecer un riguroso panorama de las condiciones materiales que dotaron de sentido al ejercicio de los intelectuales en el continente. Esto es lo que se puede juzgar por el primero de los dos volúmenes que integran el proyecto, La ciudad letrada, de la conquista al modernismo, editado por Jorge Myers. Orientado por el objetivo de ofrecer una historia de “la posición de los hombres de ideas en el espacio social”, el volumen logra unificar con un criterio sólido una serie de perspectivas —ángulos de visión según lo expresa Altamirano— alrededor de las funciones que asumió esta figura en América Latina desde el siglo XVI hasta los primeros años del siglo XX.