Se debe a Alberto Giordano el haber propuesto la noción de “giro autobiográfico” para identificar en la literatura argentina “un movimiento perceptible no sólo en la publicación de escrituras íntimas (diarios, cartas, confesiones) y en la proliferación de blogs de escritores, sino también en relatos, en poemas y hasta en ensayos críticos que desconocen las fronteras entre literatura y ‘vida real’” (p. 13). Sin embargo, y aunque el mismo Giordano, como comenta en el prólogo de este libro, propuso la noción para atraer la atención no sólo de la crítica especializada, sino también del periodismo cultural, su difusión trajo aparejado el uso acrítico de la misma, llegándose incluso a adscribir al “giro autobiográfico” cualquier obra donde se expusieran “huellas” del yo que escribe.