La tradición se fabrica. Así titula el último apartado del libro: la tradición se fabrica y todos sabemos hasta qué punto, dicha así, la frase encuentra su verdad en los potenciales de la lengua y la traslada al corazón mismo de la historia. Decir que la tradición se fabrica significa situar la discusión en términos de(l) trabajo, de taller, pues se trata del lugar donde los hombres componen, confeccionan, fraguan y construyen. La acción de fabricar nos remite al obrero, al artesano, al homo faber, el que modela y modula la materia y la vuelve otra cosa, la devuelve distinta, la inserta en otra dimensión. La tradición se fabrica es una de las perspectivas, entre tantas, quizás la que mejor se presta, para leer este libro: una frase que nos recuerda que el campo de la historia es una fábrica de relatos, un taller de construcción o un manual de composición de los relatos fundadores.