In Spanish
En 2005, Ricardo Piglia publica en la editorial Anagrama, que ya venía reeditando casi toda su obra, el primer libro que antes de ser enviado a la imprenta por Jorge Herralde no existía: El último lector. La edición de éste, tanto como la de La invasión de 2006 revelan el empeño del escritor en la construcción de un atraso del tiempo literario que consiste en volverse y volver sus libros siempre un poco más remotos. Piglia construye su obra como si estuviera formada siempre por textos del pasado o fijados en el pasado y consolida desde allí su anacronismo como un bien
In English
In 2005 Anagrama, the publishing house which had been reprinting almost all of Ricardo Piglia's work, publishes the first book that did not exist until Jorge Herralde sent it to the printing press: El último lector. Its edition, as well as that of La invasión in 2006, reveals the writer's effort in the construction of a delay in literary time which consists in becoming-and turning his books-ever more remote. Piglia builds his work as if it was always made of texts from the past or fixed in the past; from there, he consolidates his anachronism as an asset.