Lo primero que me llamó la atención en tu obra es que junto con la poesía y la narrativa, también tenés un trabajo como crítico y como ensayista. Podríamos decir que quizás Las comidas profundas es más un trabajo como ensayista y El libro perdido de los origenistas se acerca más a la crítica. Allí me parece encontrar presente cierta urgencia por delimitar un espacio propio y diferencial para tu producción literaria, la necesidad de posicionarte en relación a las principales figuras literarias del pasado, de dar tu propia respuesta a la coyuntura histórica en que te tocó vivir, y todo ello precisa de este trabajo como ensayista y crítico.