He decidido asistir a la conferencia del renombrado especialista en educación Dr. Power Point de quien he leído excelentes artículos sobre el uso de tecnologías en el aula. Tras innumerables diapositivas, bostezos contenidos de la audiencia y un abrupto despertar de los asistentes al encenderse las luces, finaliza la conferencia. ¿Fiasco? Sí, el renombrado especialista recopiló en su presentación lo que algunos autores llaman «abusos» en el empleo del programa de presentación PowerPoint (Microsoft®), entre ellos la lectura en voz alta de lo presentado en las diapositivas, diseños recargados de imágenes, largos textos, escasa conexión entre los conceptos desarrollados en cada diapositiva.
Aunque hipotética, esta situación no resulta desconocida ya que pretende reflejar una realidad: la del PowerPoint nuestro de cada día. Inicialmente desarrollado para presentaciones en la esfera empresarial, su empleo se ha extendido al ámbito educativo. En este artículo deseo presentar un breve panorama sobre las diferentes posiciones frente al uso de este programa informático en el contexto educativo junto a algunos comentarios sobre los evitables abusos en su empleo.