El libro está dividido en tres partes. Una introducción, en la que se establecen los lineamientos teóricos de la fenomenología hermenéutica; una primera parte en la que se desbrozan las reflexiones estéticas; y una segunda parte en la que todo lo dicho se aplica al problema de la identidad personal y su inasible temporalidad.
Presas realiza una exposición bifronte de la fenomenología. Por un lado se despliega su conceptografía nuclear, y por otro lado se relatan los avatares que han llevado a esta línea de pensamiento a auto-suprimirse, o al menos a superarse en la hermenéutica. "Es posible (dice el autor) que el pensamiento de Husserl dé la impresión de anularse dialécticamente a sí mismo" (33). Las complejas relaciones entre la filosofía de Husserl y la de Heidegger han dado lugar a innumerables estudios. Algunos abogan la tesis separatista, otros intentan mostrar una tesis continuista que corre para ambos lados: el desarrollo de la fenomenología se ve "estimulado" por la hermenéutica de Heidegger; por otro lado hay quienes afirman (por ejemplo Merleau-Ponty) que toda la estructura de Ser y Tiempo no es sino el despliegue conceptual de la idea tardo-husserliana de Lebenswelt.