Este ensayo crítico de Ernesto Livon-Grosman, editado por Beatriz Viterbo, propone –como ya su título sugiere– leer el cruce de dos poderes: el de la razón y el de la imaginación, la ciencia y la ficción, precisamente en textos que en tanto “relatos de viaje” se prestan al análisis crítico de esta dialéctica de lo real y lo irreal en la construcción del espacio.
El aporte es sumamente valioso porque Livon-Grosman recorre simultáneamente la Patagonia como texto y los textos sobre la Patagonia e inaugura así una crítica que trata a los relatos como un corpus y a la región como un mito –que no sólo pertenece a la Argentina y Chile, sino también a mucha literatura occidental. Existen dos razones más por las cuales este ensayo constituye un aporte significativo: por lo que el mismo autor afirma, que pocas zonas hay “tan inhóspitas y de tan difícil acceso que como la Patagonia hayan sido capaces de atraer, a lo largo de los últimos dos siglos, semejante interés y producción narrativa” (9); y porque el texto aparece casi en simultáneo con la reedición de los relatos patagónicos que trata, y con la de otros a cuya lectura incita (muchos han sido rescatados del olvido gracias a la “Colección Patagónica” de la editorial El Elefante Blanco). Este ensayo sobre la construcción del espacio patagónico es, además, apenas posterior a las ficciones que –por lo menos en Argentina– Sylvia Iparraguirre, Eduardo Belgrano Rawson y Leopoldo Brizuela dedicaron a la región en la última década.