Un poeta, ensayista y narrador cubano, Antonio José Ponte, deambula por las ruinas de La Habana post-soviética de los noventa, buscando un «asiento» (Asiento en las ruinas) desde el cual interrogar sus sentidos: “En alguna ocasión debo haber considerado como oportunidad el derrumbe que abre al ojo nueva perspectiva”. Sus textos recorren el vaciamiento de ese lugar utópico adjudicado a la Cuba revolucionaria.