Walter Benjamin prometió liberarnos del “aburrido ‘por una parte, por otra parte’” e intentó probar que la tendencia política correcta y la calidad estética de una obra artística eran una misma y una sola cuestión. Hoy, unos setenta años después de la escritura de “El artista como productor”, la solución propuesta por Benjamin puede parecernos una simplificación tan ingenua como voluntarista, aunque retenga (es uno de los méritos de las soluciones insatisfactorias) el interés de las preguntas que se resisten a volverse respuestas. La palabra justa retorna a esta cuestión, creyendo menos en las soluciones teóricas y confiando más en los resultados incompletos y provisorios de una historia crítica que analice, en tanto “modos de imaginar”, algunas de las más significativas soluciones insatisfactorias planteadas por diversos tipos de intelectuales en Argentina durante los últimos cuarenta años. “Este libro”, anticipa con exactitud el prólogo, “relee diversos momentos, episodios y textos en los que se dirimieron modos de imaginar las relaciones entre literatura y política, entre justeza artística y justicia ideológica, por parte de escritores, críticos e intelectuales argentinos entre 1960 y 2002”.