Realizar una denuncia por violencia -infracción a la ley 12569- no resulta fácil, pues significa un antes y un después en la vida de una persona. Allí es cuando afloran muchos miedos, muchas inseguridades, vergüenza y hasta descreimiento por parte de quienes deben garantizarnos, entre otras cosas, el acceso a la justicia.
Estas situaciones, emociones y sentimientos son propios y naturales - naturalizados- en contextos cotidianos y ordinarios. Pero ¿qué sucede con estas mujeres en situaciones de violencia cuando nos encontramos frente a sucesos o acontecimientos extraordinarios como el que acaece en la actualidad: contexto de pandemia por COVID-19 -coronavirus- y Aislamiento social, preventivo y obligatorio? Como puede observarse, el aislamiento social, preventivo y obligatorio ha agudizado y recrudecido las situaciones de violencia por razones de género, especialmente porque aquellas mujeres que son sometidas y que se encuentran atravesando -y resistiendo- vínculos y relaciones violentas, hoy se encuentran conviviendo veinticuatro horas con su agresor, reduciéndose exponencialmente aquellas posibilidades de salir del hogar para solicitar y recibir auxilio y asistencia, o que su agresor se encuentre ausente.