Rubinelli introduce su libro explicitando la convicción acerca de la centralidad y vitalidad del relato en la producción del mundo humano, y en particular del potencial simbólico de la narrativa popular. En tal sentido, y sobre la base de las relaciones entre texto, intertexto y contexto, la autora construye un corpus con trescientos sesenta relatos de la región surandina del noroeste argentino en los que se propone explorar sentidos, enfatizando en la identificación de conflictos.