El cuerpo femenino representa el enigma humano que atrae y causa pavor, de él sale la sangre sin que la mujer muera, de él sale la leche, el alimento que condiciona la continuidad de la vida. La mujer posee el útero, un lugar oscuro que hace pensar en túmulo, pero que también sugiere la idea de un recinto cálido, generador de vida. La mujer se relaciona además con la vida y con la muerte. Su cuerpo recuerda este hecho, constantemente presente en nuestro subconsciente. Por eso ha pasado a ser el símbolo que amenaza la autoridad de los hombres en la medida que ellos comenzaron a envidiar su poder generador, su proximidad y semejanza con las fuerzas energéticas de la tierra.