Ante el nuevo coronavirus, las necesarias decisiones de distanciamiento y aislamiento social han generado un impacto heterogéneo entre las diversas ramas de actividad económica: por un lado, aquellas consideradas esenciales (cadena agroalimentaria, comercio de alimentos, salud) siguieron trabajando en forma relativamente normal; por otro lado, salvo contadas excepciones, el resto tuvieron (y aún tienen) fuertes restricciones para funcionar de la misma manera.