Para quienes formamos parte de la extensión universitaria de la UNLP y más precisamente en la FCE, intervenir en situaciones de emergencia no es algo desconocido. Suspender o redefinir un proyecto de extensión, es una experiencia ya vivida en el territorio; el año 2013, durante la inundación de La Plata (uno de los momentos más difíciles que vivimos en nuestra ciudad) fue lo que hicimos quienes trabajamos en la temática y, a partir de ese hecho que aún nos sensibiliza, fue que aprendimos a generar dispositivos y proyectos que de otra manera no hubieran sido pensados.
Hoy no es el agua lo que nos afecta, pero otra vez nos encontramos en una situación impredecible que nos enfrenta a hacer las cosas contrariando la esencia del trabajo extensionista. El aislamiento necesario para evitar la propagación de la pandemia nos desafía a trabajar de una manera hasta ahora desconocida y cuyos resultados también lo son. Pero sí sabemos que es importante estar atentos/as a agudizar los sentidos y la creatividad para estar presentes de otra manera, en muchos casos, tecnología mediante.