La llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados Unidas bajo la retórica “Make America Great Again” puso en tela de juicio el orden de posguerra y en especial, a la Globalización y el multilateralismo surgido de ella. No solo el Comercio Internacional, el Cambio Climático y la Política Migratoria fueron puestos en dudas, las Alianzas Militares también.
Respecto de esta última, será la OTAN, la Alianza Militar más antigua del actual Sistema Internacional, la que será el foco de críticas por parte del Presidente de los Estados Unidos y que hará que la Unión Europea comience a pensar en una serie de alternativas en materia de Defensa y Seguridad que le den mayores espacios de autonomía frente a la dependencia de los Estados Unidos.
La crítica que realiza Donald Trump sobre la OTAN hace referencia a la reciprocidad por parte de sus aliados respecto del financiamiento de la organización. Los argumentos de la administración Trump es que los Estados Unidos financian a la OTAN cumpliendo lo conferido en el Artículo 5 del Tratado (2% del PBI por Estado parte) mientras que la mayoría de sus miembros europeos incumplen dicho artículo abusando de los recursos de los Estados Unidos. Más allá de la concordancia de parte de sus asesores en que Europa debe aumentar sus gastos en defensa, la retórica de “Europa debería pagarnos por su protección” perjudica las relaciones con la OTAN a la cual los asesores de Trump y parte de su gabinete consideran imprescindible.
Por otro lado, para Donald Trump, el cálculo costo-beneficio en torno a financiar en sobremanera a la OTAN se invierte. Se habría vuelto muy costoso para los Estados Unidos financiar a sus socios europeos de la OTAN y ya no estarían dispuestos a defender a Europa de un ataque a uno de sus miembros. El ejemplo más claro fue la respuesta negativa a la pregunta de si Estados Unidos debería defender a Montenegro (Nuevo miembro de la OTAN) ante un ataque.
Europa habría dejado, parcial o totalmente, de ser un espacio vital para los Estados Unidos en detrimento de otros espacios geopolíticos como el Asia-Pacífico.
Respecto de las alternativas que maneja la Unión Europea, estas se enmarcan ya sea en función de aumentar sus capacidades militares (Iniciativa PESCO), ya sea en función de los efectivos militares (La creación de un Ejército Europeo) o en cómo cooperar hacia adentro del bloque pero intentando mantener ciertas relaciones con los Estados Unidos (Sistemas de Seguridad como el B9 y el 3SI).