La condición de ficcionalidad de los textos que las instituciones literarias han legitimado como tales es un presupuesto rara vez discutido fuera del ámbito de la teoría literaria. Este libro de Hernán Pas es una excepción. A partir de los análisis de Ricardo Piglia sobre cómo los usos ficcionales cifrarían la tensión entre política y literatura en los inicios de la tradición literaria de la Argentina, el autor lee y discute un amplio repertorio crítico sobre los escritos producidos entre 1830 y 1850 por los llamados proscriptos —Esteban Echeverría, Juan María Gutiérrez y Domingo Faustino Sarmiento, entre aquellos a quienes dedica más atención—, con énfasis sobre los grados de pertinencia con que ha sido abordada la ficcionalidad en el análisis de sus textos más emblemáticos. Es conveniente subrayar, no obstante, que el problema de los usos de la ficción no surge en el libro sólo de los intereses gnoseológicos de la crítica actual sino que puede leerse en documentos de la época, hábilmente recuperados por Pas, como las opiniones de Juan Thompson en el Diario de la Tarde de 1834: “Aquí el entusiasmo y la realidad imperan; la ficción nada tiene que hacer”. La frase, usada como epígrafe general y resemantizada a lo largo de la argumentación, condensa uno de los núcleos más productivos en este estudio y pone en evidencia la inevitable vigilancia epistemológica con que deberían abordarse las categorías de realidad y de ficción cuando se leen textos del siglo diecinueve.