El diseño de una experiencia de usuario para los acompañantes de los pacientes clínicos, podría desencadenar una modificación beneficiosa en la experiencia hospitalaria general. Si se analizan los planteos realizados por Ernst Cassirer (1967) sobre la teoría de que los humanos son seres creados a partir de los condicionamientos de una sociedad e influenciables por ella y por los seres que la habitan; y por Sigmund Freud (Bernard, 1996), quien con la Teoría del Inconsciente afirma que los humanos nos relacionamos con quienes están a nuestro alrededor por medio de Vínculos de Transferencia Inconscientes, que físicamente se transmiten mediante microexpresiones que no son controladas por nuestro “yo consciente”. Se puede considerar que los acompañantes podrían transmitir, inconscientemente, sus pensamientos y emociones a cualquier persona con la que compartan un mismo espacio y, aunque estos sentimientos suelen ser reprimidos, en realidad, estos se manifiestan mediante microacciones y son percibidos de manera inconsciente por los pacientes, acompañantes y el personal. Por ello, si se lograra una mejora en la experiencia de los acompañantes, se podría generar un ambiente hospitalario un menos hostil o negativo.
Uno de los ejes importantes a abordar, es la teoría planteada por Eduard O. Wilson (Kahn, 1995), quien comprende a la biofilia como una atracción genética de los humanos para con diferentes organismos vivos, como plantas, animales o insectos; que según Roger Ulrich (2002) posee un efecto de bienestar o sanador y que se puede medir mediante diferentes características cuantitativas (“14 patrones del diseño biofílico) como la frecuencia cardíaca o la reducción de la hormona del estrés. Entonces, una aplicación práctica que dé solución a esta problemática, puede desarrollarse tras aplicar el diseño de experiencias, comprendido según Donald Norman como el diseño basado en las necesidades e intereses de un usuario específico, en un contexto específico; sumado a un diseño biofílico del espacio, que predisponga a los acompañantes a reducir el estrés del tránsito hospitalario, provocando una mayor empatía con el espacio y con los pares que transitan por él.