Para muchos críticos, la cuestión del "realismo sucio" en la escritura de Pedro Juan Gutiérrez resulta un punto problemático, en tanto reenvía al "dirty realism" estadounidense, a la literatura de Raymond Carver que "no parece tener mucho en común con Gutiérrez" (Birkenmaier: 2001) o a las de Henry Miller y Charles Bukowski (López Sacha), o porque lo "sucio" parece responder a la lógica de la demanda de un mercado, cuyo exotismo encuentra tela en lo sucio, lo sórdido o las ruinas de Cuba.