En relación a los Estados Unidos, el gobierno de Alberto Fernández procura referenciarse con la lógica de la autonomía y diferenciarse con la aquiescencia característica de la administración predecesora. Al mismo tiempo, se encuentra en una situación de precariedad en virtud de condicionantes tanto internos como externos que decantan, en la necesidad de mantener un vínculo cordial con la potencia a fines de conseguir mayores márgenes de acción. Para observar esta dinámica, se analiza la conformación del proyecto del Frente de Todos así como el accionar de la administración Trump en América Latina y específicamente el Cono Sur; la relativa falta de socios en la región, y el posicionamiento argentino en torno a las cuestiones sensibles de la agenda hegemónica.