Un Rottweiler de 2 años de edad (22 k) se presentó a consulta con historia de debilidad, tetraparesis, inapetencia, regurgitación y vómitos de un mes de evolución. Se hallaba en decúbito lateral con imposibilidad de realizar movimientos voluntarios. Presentaba atrofia muscular, tono muscular disminuido y durante la palpación profunda de los músculos manifestaba dolor. Los reflejos espinales se hallaban normales y disminuidos en forma alterna. Durante la internación se constató regurgitación tras la ingestión de papillas y líquidos e intermitentes vómitos biliosos. Se constataron leucocitosis (neutrofilia con desvío a la izquierda), elevación de globulinas y de CPK. Se remitió sangre para titulación de anticuerpos (test de inmunoflorescencia indirecta) para toxoplasmosis, que fue negativa y para neosporosis que fue de 1/400. Mediante radiografías se observó megaesófago en la porción torácica.