En los últimos años y por diversos motivos los filósofos han exhibido un creciente interés por la reflexión metafilosófica (una amplia bibliografía así lo manifiesta). Una de las cuestiones metafilosóficas que ha suscitado especial dedicación y ha atraído la atención de filósofos de distintas filiaciones es la cuestión acerca del canon filosófico. ¿En qué consiste? ¿Cómo debe ser concebido? ¿Cómo se constituye? ¿Cómo funciona? ¿Dónde está? ¿Qué relación guarda con la historia de la filosofía y con la historia de las ideas en general? ¿Cuáles son sus vínculos con la institucionalización y profesionalización de la filosofía y con la comunidad filosófica? son algunas de las preguntas planteadas.
En nuestro medio y en general en la comunidad filosófica hispano parlante, la aparición de la obra póstuma de Eduardo Rabossi "En el comienzo Dios creó el canon. Biblia berolinensis" en la que su autor aborda con originalidad y agudeza esta temática, ha resultado ser un estimulante disparador para el examen y discusión de la cuestión que nos ocupa.
Rabossi declaró que se daba por satisfecho si lograba incentivar la polémica. Creemos que lo ha logrado ampliamente. Este número de Análisis Filosófico es una prueba de ello; en él recogemos parte de la reflexión que ha provocado el desafío lanzado por Rabossi.