Participé en la presentación de este libro y aplaudí el esfuerzo de quienes se sumaron al proyecto, así como el de las coordinadoras, cuya trayectoria ya las ubica como referentes en sus áreas de experticia, que se animaron a promover a un grupo de jóvenes que inspeccionan nuevas temáticas en la triangulación entre género, cultura y sociabilidad. Sin duda, esa empresa requiere de una postura osada no sólo intelectual y editorial sino también, pedagógica y de aprendizaje sobre cómo dirigir, coordinar e investigar, a la vez que divulgar, problematizar, abrir ideas. También, encomié que este trabajo elige, irreverentemente, el formato libro -y en el difícil arte de la obra colectiva- en un momento de devaluación de este formato frente a la sobrevaloración de las revistas indexadas que reclama el sistema científico. Que el libro hubiera sido financiado con lo que en ese momento quedaba del Ministerio de Ciencia y Teconología, lo convirtieron en una rara avis. La edición, al cuidado de la prestigiosa editorial prohistoria, completa el desafío.