En el presente trabajo, intentaremos caracterizar el proyecto de la Nueva Ruta de la Seda, en tanto complejo productivo-comercial que abarca a más de 60 países de Asia, Europa, África y Oceanía. Para ello, tomaremos como base las conclusiones del Primer Foro "Una Franja, Una Ruta para la Cooperación Internacional", realizado en Pekín el 14 y 15 de mayo de 2017, y al que asistieron 28 presidentes y primeros ministros, cien representantes ministeriales y unos 1.200 delegados de más de 130 países de todo el mundo. Como hipótesis de trabajo, sostenemos que el desarrollo de estas iniciativas ponen en evidencia la emergencia de un proyecto de nuevo orden mundial, que podría terminar con la hegemonía de los Estados Unidos en tanto Estado-Nación y potencia central unipolar. Un proyecto pluriversal cimentado sobre la producción y el trabajo, terminando con el imperio de la especulación financiera. Un proyecto de inclusión y de soberanía, contra un proyecto de exclusión económico-social y de dependencia. Un proyecto de cooperación y de paz, contra un proyecto de imposición, de guerra y de muerte. Aunque, sin embargo, no está exento de tensiones y contradicción que son importantes resaltar en el trabajo.