El 9 de noviembre de 1989 caía elmuro de Berlín, una de las murallas más emblemáticas del siglo XX. Una muralla que separaba a la ciudad en dos y que representaba la división entre dos sistemas ideológicos, entre dos sistemas políticos, económicos y culturales; en definitiva, entre dos mundos opuestos. El muro se levantó en 1961, cuando las autoridades de la República Democrática Alemana –que formaba parte del bloque soviético– decidieron separar el sector oriental de la ciudad. Su construcción se inició la noche del 13 de agosto de 1961, durante lo que se denominó la segunda crisis de Berlín. Su objetivo fundamental era frenar la migración de los alemanes del este hacia Berlín Occidental y la RFA, a fin de aislar a la población que había quedado del lado comunista de las tentaciones del capitalismo. En este sentido, es importante destacar que, como sostiene Procacci, entre 1949 y 1958 el éxodo hacia el oeste había alcanzado proporciones bíblicas: más de dos millones doscientos mil alemanes orientales habían huido hacia Occidente. Veintiocho años más tarde, su caída cambiaría el mundo. De hecho, la noche del 9 de noviembre de 1989 fue histórica. Hacia las 22.30 horas, miles y miles de manifestantes congregados en la Bornholmer Strasse consiguieron que se levantara la primera barrera. A la medianoche, el resto de los puestos de control se habían desmantelado.