Este texto aborda, desde una historia situada, aspectos centrales de la biopolítica eugénica desde la perspectiva de su funcionalidad para la construcción de la identidad nacional. En efecto, si bien podría afirmarse que toda eugenesia detenta en su telos la mejora de la raza, concebida ésta como un pretenso bien general, futuro e incierto, integrando de este modo un colectivo abarcativo, de manera indistinta, de los conceptos de nación o patria, existe, empero, un aspecto que impone detenernos en él. Nos referimos a que, presuponiendo toda eugenesia la faz reproductiva, desde los diversos diseños biopolíticos ideados en la Argentina durante el siglo XX subyacía, claramente, una consigna heterosexual. En ese sentido, el presente libro avanza en torno a la reconstrucción genealógica de una heteronormatividad reductible a la pareja varón-mujer, la que fue asociada, sin más, a la necesidad de control exhaustivo de la madre o futura madre. En efecto, las preocupaciones biomédicas, jurídicas y religiosas avaladas desde la eugenesia se concentraron, primero en seleccionar, y desde ahí, en formar una “buena madre”; alejando, al menos de la reproducción legítima, a la “mala madre”, en cuanto supuesta deformadora del acervo hereditario de la patria.