Nuestro propósito fue introducir a los lectores, principalmente a aquellos no familiarizados con la teoría financiera, a las limitaciones del enfoque tradicional que se apoya en la llamada "hipótesis de la eficiencia de los mercados de capitales" (HEMe). Tal como lo mencionábamos arriba los sostenedores de enfoque que, por oposición, propone la llamada finanzas del comportamiento se apoyan para, cuestionar a la HEMe, en las limitaciones de la teoría convencional del arbitraje y en las evidencias de que el comportamiento humano no necesariamente sigue los postulados del enfoque neo clásico, que asume la racionalidad de los inversores.
En nuestra opinión, las evidencias sobre las limitaciones del arbitraje convencional son importantes y continuamente nuevas investigaciones (vean Sadka -2003, Han -2004, o Stein -2004) nos agregan material en este sentido. Debemos reconocer que no todos estos trabajos apuntan a criticar la HEMe, dado que si se puede asumir que la "anomalía" esta asociada a un riesgo (por ejemplo, Sadka -2003 en relación con el riesgo de liquidez) su impacto en contra de la validez de la teoría se reduce. Sin embargo, el fondo del problema a resolver no se centra en defender vs. destruir la HEMe, ya sea identificando o justificando limitaciones al supuesto respecto al arbitraje, o ampliando el listado de situaciones donde los operadores no parecen racionales. A esta altura parece evidente que la HEMe convencional transmite una visión sobre el comportamiento y rol de los mercados que en demasiadas ocasiones es difícil de entender y justificar aún desde el simple punto de vista del sentido común.
Por lo tanto, parecería útil continuar observando el desarrollo de las investigaciones sobre el comportamiento de los inversores, para ver si desde este ángulo es realmente más factible entender o explicar (aunque posiblemente no a anticipar correctamente) su funcionamiento.
Posiblemente en el futuro, cuando lleguemos a ese punto, quizás nos encontraremos con una teoría más realista y comprehensiva que a lo mejor nos confirma la sensación intuitiva que el comportamiento humano es muy complejo, que ni el racionalismo ni la aleatoriedad ("chance") son capaces de explicar todo, que en ciertos momentos en los mercados, o para ciertos sub mercados, los precios los podemos entender y explicar en base a HEMe y en otros (momentos o sub mercados) el comportamiento, explicable o inexplicable, de los "noise traders" es el factor predominante pero difícilmente se pueda atribuir todo a un comportamiento aleatorio.