Con esta aproximación no sólo al Jardín de las delicias de Francisco Ayala sino e inevitablemente, como veremos, a la totalidad de su obra, Carolyn Richmond confirma su envergadura de gran conocedora del universo ayaliano. Conocedora más que investigadora ya que su mirada contiene y trasciende su extensa labor de investigación sobre el autor para sumar su privilegiado punto de vista como lectora, como mujer de Francisco Ayala, inseparable compañera de sus trabajos y sus días y actual Presidenta de honor de la pujante Fundación Francisco Ayala de Granada.
Richmond despliega, en principio y como uno de sus ejes dominantes, el carácter de verdadero work in progress en que consistió la gestación de El jardín de las delicias a lo largo de una cincuentena de años, desde 1971 a 2006, fecha de su edición definitiva, por lo que este título se constituirá como un libro abierto que irá creciendo, cambiando, madurando como la vida misma.
E inmediatamente insistirá en la problemática Del mezzo del cammin dantesco, la problemática del “después” del texto, y no sólo para el eventual lector o receptor del libro sino para el mismo autor transformado también él en un receptor. ¿O aún para alguien más? Luego del puzzle narrativo que despliega, Richmond se ocupará de observar cómo el fragmento, la parte, el trozo, es la técnica predominante del libro. Y frente a este caleidoscopio, a estos “trozos de un espejo roto”, apuntalará como otro gran hilo conductor la visión poliédrica del mundo, desde un marcado perspectivismo cervantino.