¿Existen criterios nuevos para describir las estructuras organizacionales? ¿El uso de nuevos términos implica la superación de enfoques preexistentes? Un muy breve análisis comparativo entre la obra del Profesor Mintzberg y uno (de tantos) de los autores más recientes intenta demostrar que del uso de neologismos no deriva, necesariamente, un aporte científico que aconseje descartar los anteriores.