Siendo el pensamiento egipcio o sólo una parte de las formas mundiales o, como en este estudio, el resultado de una idea que, al principio, se repite a lo largo del tiempo que permanece desde mediados del cuarto milenio aC, en realidad, no podemos, más allá de las particularidades, hacer que Egipto sea una excepción en cuanto a la forma en que se lleva a cabo el proceso de constitución del mito.
Desde este punto de partida metodológico es necesario enfocarse directamente en la especificidad egipcia, no cuando surge de una cualidad inherente a los sapiens sapiens, sino cuando el mito es el resultado de una sistematización particularizada y resignificada en su propio contexto de (pro) reproducción.