En el transcurso de los últimos 20 años en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, específicamente en el ámbito de la salud pública, se ha mantenido una puja permanente entre dos tipos de administración del abastecimiento de insumos asistenciales, como conceptos excluyentes centralizado versus descentralizado, sin tener en cuenta que estas estrategias dependen de muchos factores que interactúan en forma permanente, donde unos pueden favorecer un proceso de centralización y otros hacen más eficiente la descentralización.
Independientemente del proceso que se elija en función de la mayor eficiencia en la gestión, debe tenerse como premisa fundamental (fin último), el suministro de insumos (medicamentos y descartables) a las áreas asistenciales en tiempo y oportunidad; no cumplir ese objetivo implica el abandono del paciente o brindar una asistencia deficiente.
En este marco, las reflexiones expuestas en el presente artículo surgen del análisis de la experiencia de la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires (MCBA) de operar con un sistema centralizado de compra para los Hospitales de su órbita, en el periodo 1984-1985