Emergente de la movilidad de las sociedades modernas del mundo occidental, el Hotel de Inmigrantes, en tanto espacio e institución controladora y disciplinadora del extranjero ultramarino recién arribado, encierra problemas particularmente significativos en nuestro país, donde, su uso intensivo para atender al más grande “aluvión” poblacional proporcionalmente experimentado entre 1850 y 1920, coincidió con el conflictivo proceso de organización nacional.