El trabajo de Ana Longoni nos acerca a un tema complejo y movilizante de nuestra historia reciente y que ha sido poco abordado por la bibliografía académica de las últimas décadas. Me refiero al estigma de traición que pesa sobre los sobrevivientes victimas de la represión y el secuestro en los campos de concentración durante la última dictadura militar, cuyo tratamiento ha quedado reducido a los textos escritos por los propios protagonistas de esta historia, o por aquellos que desde una mirada impugnadora (acusatoria) reproducen esa imagen bajo formas supuestamente ficcionales. En este libro la autora nos invita a pensar las razones y los efectos del ideario socialmente instalado a través del cual un desaparecido que reaparece se transforma automáticamente en traidor. Para comenzar a dar respuesta a estas cuestiones, Longoni analiza los vínculos entre el código ético que regía en las organizaciones armadas de los años '70 y su persistencia posterior en los parámetros que se emplean para impugnar a los sobrevivientes, y al mismo tiempo examina cuál ha sido la contribución de cierto tipo de literatura a la reproducción y expansión de dicha condena. A su vez, ambas cuestiones serán abordadas en articulación con un problema que atraviesa los seis capítulos en que esta organizado el libro y que constituye un marco de referencia para la comprensión de esta asociación entre sobrevivientes y traidores: la imposibilidad por parte de la sociedad de escuchar y aceptar el testimonio de los sobrevivientes.