Fracasado en 1856 el intento de reformar la ley de elecciones todo hacía presumir, dado el apasionamiento de la campaña electoral, que las elecciones de renovación de las Cámaras de marzo de 1857 tendrían un desarrollo anormal. Se jugaba en la emergencia la política futura del Estado de Buenos Aires frente a la Confederación, en suma si se marchaba francamente hacia la incorporación, se mantenía indefinidamente el JKMR OMO o se seguía una política intransigente cuyo término fatal sería la guerra. De ahí la trascendencia nacional de estas elecciones internas de Buenos Aires, puesto que de ellas dependía la designación del futuro gobernador en el mes de mayo, quien de acuerdo con la Constitución de 1854 debía ser designado por la Asamblea Legislativa.