Dentro del horizonte cultural del "pueblo argentino" la presencia del negro ha sido practicamente invisible. Es como si se hubiese instalado una suerte de "historia oficial" minimizando la existencia, así como la influencia, del mundo afro en la Argentina. A pesar de esto la historiografía argentina de los últimos años ha avanzado a fin de llamar la atención a dicha temática, que sin embargo no deja de ser polémica. Se podría afirmar que tal polémica proviene de la particularidad de la llamada "historia oficial". A partir del siglo XIX se fue construyendo una versión de "historia nacional", concentrando sus definiciones e identidad en dos hechos históricos: las luchas de la Independencia, así como los ideales civilizadores de los fundadores del estado liberal con su supuesta identidad "europea". Esta historia nacional fue propagada como factor de identificación colectiva, en un período particularmente fuerte de movimientos demográficos, cuando las masas de inmigrantes entraron al país. A partir de la necesidad de unificar una población completamente heterogénea, compuesta en su gran mayoría por extranjeros europeos, nació la idea de implementar un culto a la patria en todas las instituciones públicas argentinas y sobre todo en el sector educacional.