Terminada la campaña de Cepeda y firmado el Pacto del 11 de Noviembre los hombres de Buenos Aires tuvieron que volver los ojos al interior de la Provincia, profundamente afectado por la guerra. Las huellas de la reciente lucha se advertían en la paralización de la naciente vida municipal, en el abandono en que yacían los campos, en la dispersión de los ganados, en el recrudecimiento de Ja delincuencia que proliferaba casi impune en medio del desorden general, en la desalentada actitud de los pobladores, en fin, que lentamente regresaban a sus hogares y lugares de origen para reanudar la vida cotidiana.