El 24 de noviembre de 1863, a las cinco de la tarde llegó a Buenos Aires proveniente de Rosario, un chasque portador de comunicaciones oficiales enviadas por el General Paunero desde San Luis, relativas al trágico fin de Angel Vicente Peñaloza (a) El Chacho. Días antes habían llegado las noticias sobre la derrota sufrida en Caucete por el indomable caudillo, y los detalles de su huida en dirección a los Llanos de la Rioja, todo lo cual hacía presentir, el término de la guerra contra la montonera por la muerte o captura de tan singular personaje.