El convenio del 20 de febrero de 1865 entre Brasil y la República Oriental del Uruguay puso fin, tras varias e inútiles tentativas de mediación pacifista, a la ya prolongada guerra civil que se desarrollaba en el territorio uruguayo desde hacía casi dos años. La capitulación del gobierno blanco -presidido desde el día 15 de aquel mes por D. Tomás Villalba- aseguró el poder para el partido colorado y su jeFe, el general Venancio Flores y permitió a la vez su entrada a Montevideo, que efectuó a caballo y con gran despliegue militar, flanqueado por el ministro brasileño José María da Silva Paranhos, de trascendente actuación en los negocios que llevaron al acuerdo. Sin embargo, no obstante iniciarse el nuevo gobierno bajo el signo de la paz, no fueron suficientes las garantías otorgadas por la potencia interventora a las principales figuras del partido blanco que en el exilio buscaron su salvación.