Al término de la dictadura de Juan M. de Rosas, la Confederación Argentina asiste a un renacimiento geográfico. Exploradores de distintas nacionalidades recorren su territorio, surcan los ríos, analizan los suelos. Surgen pueblos y colonias. Se fundan museos que coleccionan los productos naturales, se levantan planos y mapas. Los periódicos proporcionan datos estadísticos con suma frecuencia. Un censo general denuncia el número de los habitantes. Obras diversas, desde el libro de rigor científico al volumen de divulgación, deparan un cuadro veraz del conocimiento apetecido. Avidez intelectual de fuerte acento pragmático en verdad, que aspira a condensar el Instituto Histórico y Geográfico de la Confederación Argentina (1860), de escasa vida lamentablemente.
Entre cuantos participan de tan fecundo movimiento sobresale Martín de Moussy. Podemos llamarlo "geógrafo de la Confederación Argentina", por antonomasia. Título ganado por una labor de años vividos en permanente contacto con un suelo, que como' nadie supo aquilatar en las reconditeces de su estructura y en las infinitas posibilidades de su porvenir.