El 16 de mayo de 1900, el ministro de Instrucción Pública de la Nación, don Osvaldo Magnasco, presentó a la Cámara de Diputados un proyecto de ley de enseñanza secundaria, por el cual se transformaban, teniendo en cuenta las necesidades de las provincias, algunos colegios nacionales en escuelas prácticas de agricultura, industria o comercio. El proyecto provocó un extraordinario debate; en su transcurso se tocaron variedad de temas, que hacían no sólo a la vida cultural del país sino también a los aspectos sociales y económicos. En él participaron, además de Magnasco, el representante de Entre Ríos y miembro informante de la comisión de instrucción pública, Alejandro Carbó, Juan Balestra, diputado por Corrientes, y Joaquín Castellanos, por Tucumán. Todos ellos lucieron su capacidad oratoria haciendo gala de seria ilustración, dando gran realce a las discusiones.
Este era el segundo proyecto de Magnasco, complementario del presentado el 31 de mayo de 1899. Este, que constituía su plan de enseñanza general y universitaria, contenía ideas muy avanzadas para la época, entrañando una reforma de la enseñanza en todos los niveles, poniendo el acento en la organización cíclica de la enseñanza secundaria. Por él, la enseñanza secundaria general constaría de cuatro años de estudio y la secundaria especial de tres, atendiéndose a las necesidades de una formación general ampliada y a las necesidades de las diferentes facultades universitarias, respectivamente.