Al momento de sentarme a escribir llevamos más de cien días de aquella noche del 19 de marzo, en la que el Presidente de la Nación firmaba el decreto de “Aislamiento social, preventivo y obligatorio”, con el cual ponía en marcha definitivamente las medidas que se habían pensado en esos días previos, ante la opinión pública. Al calor de un cálculo sobre la llegada inminente del virus a nuestros cuerpos, que hasta el día de hoy no ha dejado de fallar.