El Centro de Artes de la UNLP exhibió durante el mes de marzo una muestra antológica del grupo Escombros, Artistas de lo que queda. Organizada a partir del archivo del Grupo, en la sala B y vidriera del Centro, se mostraron objetos de conciencia, documentos de convocatorias, manifiestos, fotografías y foto-performances, producidos por Escombros a lo largo de más de veinte años. Este colectivo de artistas fue muy conocido en la ciudad y en el país en los años ’90, marcando la producción de varias agrupaciones emergentes, estableciendo además nexos entre varias generaciones. Pero, como ocurre a menudo, nadie es profeta en su tierra; y al haber trabajado con un modo de hacer expandido, el arte de acción, efímero y fuera del circuito habitual de galerías en esos años, la fragilidad, la opacidad y la precariedad de la historia y la memoria actúan más en favor del olvido que del recuerdo.
Hoy la tarea parece ser la activación de los archivos y tal vez la muestra llevada a cabo en el Centro de Artes de la UNLP gire en torno a eso: la reposición de un sentido histórico y a su vez actual de la propuesta del grupo. Esta presentación, en un espacio para la divulgación de las artes en la UNLP, es muy significativo para la valoración histórica y estética del grupo en la actualidad. Como escribí en diversos ámbitos sobre Escombros, y considero necesario difundir la historia de las artes desde La Plata, me interesa comentar parte de su trabajo y biografía.